Fragilidad en las personas mayores

18/09/2024

El envejecimiento de la población va en aumento, la esperanza de vida rebasa los 80 años, muchas de estas personas llegan en muy buenas condiciones de salud, peo también están las otras personas que llegan arrastrando diferentes enfermedades y que los pone en una situación de mayor vulnerabilidad. Por ello desde hace tiempo se viene trabajando en mejorar los hábitos de salud, es decir, estilos de vida y alimentación saludables para prevenir situaciones de fragilidad en las personas mayores.

La valoración geriátrica es una de las mejores herramientas, ya que valora el estado funcional, cognitivo, estado emocional, nutricional, comorbilidad, polifarmacia y síndromes geriátricos, con ello se podrían implementar estrategias preventivas, para evitar la fragilidad y sus consecuencias en la salud de los ancianos.

Se define fragilidad como un estado clínico, asociado a la edad, con una disminución de la reserva fisiológica y de la función en múltiples órganos y sistemas, afectando la capacidad para hacer frente a situaciones estresantes crónicas o agudas y una mayor vulnerabilidad ante los mismos. Las características frecuentes de la fragilidad son la pérdida de peso no intencionada, debilidad muscular, baja velocidad al caminar, reducción de la actividad física y las personas mayores que cursan con estas situaciones tiene más probabilidades de caídas, más dificultad de recuperación ante una infección, cirugías y más probabilidades de hospitalización ante cualquier enfermedad, además del impacto económico y familiar que generan.

Según los expertos la fragilidad en las personas mayores se podría prevenir con ejercicio físico, una alimentación adecuada a la situación de la persona, es decir, considerando peso, estatura, patologías, gustos y preferencias de alimentos y con ello asegurar la cantidad adecuada de proteínas, lípidos y carbohidratos, vitaminas, minerales y fibra, además del consumo de agua. Otro aspecto que considerar es el tratamiento médico.

El entorno también juega un papel importante en la prevención de la fragilidad, un entorno amigable puede producir beneficios en la salud de las personas mayores, por ejemplo, un entorno libre de barreras arquitectónicas evita el aislamiento, mejora el desplazamiento y la movilidad dentro del hogar.

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