El trabajo de las cuidadoras con las de
personas mayores es gigante por decirlo de alguna forma, soportan de todo y lo
más lamentable es lo poco reconocida que es este trabajo. Ser cuidadora ya sea
porque es una forma de ganarse la vida o porque se tiene un familiar que
requiere de cuidados constantes las 24 horas del día, es un desgaste físico y mental
constante. Al final ser cuidadora es una labor noble que requiere de paciencia,
mucho amor hacia el otro, solidaridad, respeto hacia el otro, fuerza física,
sacrificio de tiempo, dinero y hasta sacrificar el propio espacio y las propias
comodidades con el afán de que el familiar esté cómodo o cómoda. Generalmente
los cuidados recaen en las mujeres, no quiere decir que no existan hombre
cuidadores, pero son los menos.
Encontramos cuidadoras que en el cuidado de personas
mayores han encontrado una forma de ganarse la vida, pueden tener formación académica
o sin ninguna formación pero que a través de la experiencia aprenden. En
cualquiera de las formas, es decir, con formación académica o sin ella
requieren vocación. Muchas de estas cuidadoras encuentran su vocación, se dan
cuenta que les gusta ayudar a los demás para mejorar su calidad de vida.
Otras situaciones son mujeres que por temas familiares
quedan atrapadas en el cuidado de los padres, hermanos u otros familiares, son
cuidadoras por obligación, por deber y porque no hay más quien quiera hacer ese
trabajo, generalmente son las esposas, hijas, nueras quienes tienen que
sacrificar todo para el cuidado de sus seres queridos.
Actualmente se ofrecen cursos académicos para
formarse y tener las habilidades y destrezas para atender a las personas
mayores en el domicilio, en residencias geriátricas o centros de día. Es una
formación que se ve como una salida laboral casi segura para muchas mujeres. Insisto,
a veces algún hombre aparece en estos cursos. Sin embargo, a pesar de los
tiempos y de la inserción laboral muchas mujeres después de cuidar a otra
persona fuera de casa regresan al hogar a cuidar de sus familiares. Las
estadísticas dicen que en España el 89% de los cuidados recaen en las mujeres o9 de cada 10 personas que cuidan son mujeres.