Las
cuidadoras o auxiliares de ayuda a domicilio que cuidan y acompañan a las
personas mayores, que, por cierto, no siempre el cuidado se recibe en el
domicilio, puede ser en un hospital, en los centros geriátricos, centros de día
o viviendas para mayores, afrontan cada día diferentes situaciones que tienen
que resolver, desde convencer a alguien para que se duche hasta conflictos
familiares. Con la formación y la experiencia resuelven generalmente de forma
satisfactoria. Sin embargo, también se presentan situaciones que son difíciles de
resolver porque muchas de las veces las personas son avanzada edad quienes
comenten estos delitos, por ejemplo, tocamientos indebidos, insinuaciones,
propuestas directas.
Actualmente
se han presentado denuncias sobre el acoso sexual, violencia y trato vejatorio
que sufren las cuidadoras, ya sea por el mismo usuario o por algún integrante
de la familia. Las autoridades de los ayuntamientos que preste el servicio o
las empresas deben tener protocolos de actuación ante las denuncias de las
trabajadoras, cómo actuar y las consecuencias para el usuario o la familia. En
Santa Cruz de Tenerife El
comité de empresa de las auxiliares y trabajadoras del Servicio de Ayuda a
Domicilio (SAD) de Santa Cruz de Tenerife ha denunciado que se ha ofrecido
dinero a las empleadas a cambio de favores sexuales, se les propone ver películas pornográficas, insinuaciones de todo tipo y hasta grabaciones. La concejala de Políticas Sociales ha
expresado «el más sincero apoyo a aquellas personas que hayan podido sufrir
cualquiera de estas situaciones», y ha solicitado una revisión de los protocolos de actuación y la implementación de
mecanismos que permitan a los profesionales denunciar de forma anónima
cualquier hecho de estas características (más información aquí).
Otros de los problemas a los que se enfrentan las
cuidadoras es el trato que tanto usuario como familiares pueden tener, a veces
a la cuidadora se le trata como el último eslabón, es decir, con desprecio o
con palabras hirientes. En fin, que las cuidadoras cada día hacen malabares en los
domicilios para poder hacer su trabajo de forma adecuada.