El Instituto Nacional de Estadística (INE) pronostica que para el año 2035, el número de personas mayores de 65 años que viven en Málaga podría triplicarse.
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El
envejecimiento de la población, que afecta a toda España, se hace más notable en las zonas rurales, pueblos, pedanías y municipios. Sin embargo, los estadísticos estiman que la población malagueña envejece a un ritmo acelerado, pues en los próximos treinta años la totalidad de las generaciones nacidas entre los años sesenta, setenta y parte de los ochenta tendrá más de 65 años. En la franja de edad que va desde los 75 años y los 100 habrá más de mil personas.
El experto en gerontología de la Universidad de Málaga Rafael Durán declara a un medio de comunicación: «Vamos a un envejecimiento de la población y sabemos que esta tendencia tiende a consolidarse, aunque también sabemos que en el devenir de los años pueden presentarse fenómenos imprevisibles que alteren las proyecciones como desastres naturales, conflictos bélicos y aún otros que no solíamos tener en consideración como ha sido la pandemia por coronavirus, respecto a las proyecciones hay que tener en cuenta que también se puede actuar sobre ellas, que de la mano de las políticas que adopten nuestros gobernantes pueden maximizarse las oportunidades y minimizarse los riesgos».
Cabe destacar que
Málaga, al igual que otras provincias de sol y costa, poseen una gran cantidad de personas mayores de otros países que deciden retirarse en estas por el buen tiempo, el estilo de vida y la playa, ya sea en viviendas compartidas, viviendas propias o
residencias de la tercera edad.
El reto de promover un envejecimiento activo y de ofrecer una calidad de vida en esta etapa vital está delante de las autoridades políticas y sanitarias.