Cuidar de las personas mayores puede ser una labor loable y agradable, si se hace con cariño y respeto, pero que pasa cuando lo único que se recibe por parte del usuario y la familia es maltrato verbal o acoso sexual
Vivir en el domicilio es una de las prioridades de las personas mayores, sin embargo, los centros de día y las residencias geriátricas pueden cubrir muchos aspectos que el domicilio no tiene.
Aunque las residencias acogen a todas las personas mayores sin importa su orientación sexual, el colectivo LGTBI+ prefiere espacios propios, espacios donde se sientan a gusto con sus compañeros y con el personal que les atiende.
Una buena alimentación tiene que incluir también una buena compañía, acompañado se saborean mejor los alimentos y en muchas ocasiones se consumen más alimentos. Se hace sobremesa ya que la alimentación también va acompañada de una charla amena.
Cuidar requiere de todo nuestro esfuerzo, nuestra paciencia y nuestro dinero. Si queremos una calidad de vida digna para nuestro familiar implica mucha inversión en todos los aspectos,
La disminución del apetito, sedentarismo, la soledad, el aislamiento social, barreras arquitectónicas, son factores pueden llevar a la persona mayor a una situación de vulnerabilidad poniendo en riesgo la salud física y mental.
Cambiar el estado de ánimo de una persona mayor, puede ser también mejorar su la salud física y mental. Es la función de muchas personas voluntarias hacen cuando acompañan a las personas mayores.
Al aumentar los servicios para las personas mayores también se incrementan las plantillas de trabajadores, así los beneficios van hacia las personas mayores y hacía las personas desempleadas