Es mejor una residencia geriátrica grande o una pequeña

Residencias geriátricas en España
Residencias grandes o pequeñas: ¿cuál elegir?

Actualmente, en España existen más de 5,100 residencias geriátricas con aproximadamente 380,000 plazas. Aunque el tamaño promedio de una residencia parece ser de unas 70 camas, esta cifra no refleja toda la realidad.

Alrededor de la mitad de estas residencias tienen menos de 50 camas, y solo unas pocas (principalmente públicas o religiosas) superan las 100 camas.

A medida que la administración exige más requisitos en cuanto a personal y espacio para autorizar una residencia geriátrica, y grandes empresas invierten en la construcción de nuevas residencias, la tendencia es hacia la creación de centros más grandes. Hoy en día, aunque hay un déficit de plazas, casi no se construyen residencias con menos de 100 plazas, y algunas incluso alcanzan las 180 o 200.

¿Es importante el tamaño de la residencia geriátrica?

Con esta información, nos surge la pregunta: ¿dónde se ofrece el mejor servicio? ¿Dónde preferiría usted vivir si ya no pudiera quedarse en casa?

La respuesta más obvia podría ser que una residencia pequeña, con un trato más personal y familiar, es mejor. Sin embargo, la realidad es más compleja.

En localidades pequeñas, la oferta de residencias puede ser limitada, y a veces ni siquiera hay opciones para elegir. En contraste, en las ciudades grandes, hay más variedad de centros.

En una residencia pequeña, es probable que tengamos acceso directo al propietario, conozcamos a todos los empleados y otros residentes, creando un ambiente familiar. Además, puede ser que la residencia esté cerca de casa, facilitando las visitas frecuentes.

Sin embargo, las residencias pequeñas también pueden tener desventajas, como limitaciones arquitectónicas, dormitorios compartidos y la falta de espacios especializados (gimnasios, salas de actividades, consultas médicas, etc.). El equipo profesional también suele ser más reducido, y pueden tener dificultades para tratar a residentes con demencia de manera específica.

Por otro lado, las residencias más grandes, especialmente las de reciente construcción, suelen tener amplios espacios, un equipo multidisciplinario con muchas horas de presencia, y unidades especializadas para personas con demencia.

A pesar de estas ventajas, algunas personas consideran que vivir en una residencia grande puede implicar un trato menos personalizado, con mayor rotación de personal y una atmósfera más fría. Además, a menudo están ubicadas fuera del centro de las ciudades, lo que puede dificultar las visitas familiares.

Para contrarrestar esta imagen, muchas residencias grandes han adoptado un "diseño modular". Esto significa que una gran residencia (por ejemplo, de 180 plazas) se organiza en unidades más pequeñas, cada una con su propio comedor, sala de estar y personal de atención, combinando así las ventajas de los centros pequeños con los servicios de los grandes.

Entonces, ¿es mejor una residencia grande o pequeña?

Después de analizarlo, no hay una respuesta única. Todo depende de las preferencias, necesidades y gustos individuales. Lo más importante es buscar, comparar y confiar en las recomendaciones de quienes han pasado por situaciones similares.

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Autor del texto: Josep de Marti, Gerontólogo Social y Jurista